viernes, 4 de diciembre de 2015

Cantón chunchi

La zona empezó a ser habitada por tribus de procedencia Cañari, evacuadas por la alarma que ocasionó la Conquista Incásica dirigida por Tupac Yupanqui. La máxima jerarquía de estos grupos humanos estaba representada por el hombre más anciano y diestro en el arte de la guerra, debido a que era un pueblo que vivía en constantes conflictos guerreros con sus vecinos. La mujer estaba dedicada al cuidado del hogar, cultivo de la tierra y crianza de animales domésticos, siendo sus principales productos: maíz, patatas, zapallos, ocas, mellocos y ají. Esta producción era de subsistencia y, eventualmente, se compartía en fiestas y banquetes.

La presencia del perro como animal doméstico, cuyo nombre genérico era “ashco”, era una constante en los hogares nativos.
Algunos restos arqueológicos en cerámica como: cerros, serpientes, piedras jaspeadas y otros objetos llamativos, testimonian la dinámica sociocultural de este pueblo. En su cosmovisión de religiosidad adoraban una laguna de culebrillas, cerca de Zigzig, y al monte Huacayñan (camino de llanto)
Las casas eran de forma circular o triangular, construidas con paredes de barro y piedra, sin ventanas y cubiertas de paja. Las camas para dormir eran montículos de paja, además, entre sus enseres domésticos poseían una piedra de moler granos y un cántaro para preparar y almacenar la chicha. Su vestimenta, usualmente de diseños largos, se confeccionaba con lana de llama y de algodón.
Al describir los pueblos de la tenencia de Alausí, Juan de Velasco afirma que los indios de Pomallacta, desde 1725, habían sacudido en parte el yugo de los españoles. Los pomallactas, escribe, “salen a pagar fielmente sus tributos; más no permiten estable a ningún español ni mestizo, sino solamente de paso al que va de correo de Quito a Lima...”
Un vecino del asiento de Alausí, Esteban Rodríguez de Egüez, pretendía el reconocimiento a su favor de tierras que compró con “justo título” ante un juez privativo del ramo; pero, los indios de Guasuntos, bajo el mando de Gaspar Lema, se amotinaron e impidieron tal apropiación indebida. Guasuntos en la época contaba cerca de 4000 indios e incluía 11 anejos, entre ellos: Pomallacta, Lasuay, Zumid, Shuy y Totoras. (Merizalde, J. 1957. citado en Moreno, S. 1978) Este levantamiento indígena en contra de los colonizadores europeos, devino en una etapa de conflicto que demostró la cohesión existente entre el grupo dirigente los caciques y el resto de la comunidad.
Aparece claro que el origen de esta serie de tumultos no se debió a la tributación sino que fue un intento de defender las tierras comunales ante el avance de los terratenientes blancos.
Sin embargo, posteriormente, el proceso de dominación española adoptó una serie de estrategias encaminadas a perpetuar su dominio, principalmente a través de la dependencia de los indígenas a las haciendas, grandes latifundios e iglesia con obligaciones de tributación muy fuertes, como el pago de diezmos, la entrega gratuita de mano de obra, y más obligaciones impuestas desde la colonia.
El propósito fundamental del poder colonial y luego republicano fue destruir la fuerte cohesión social, étnica y cultural de los pueblos precolombinos con la principal idea de facilitar la explotación y el aprovechamiento de las riquezas existentes en los sectores habitados por pobladores indígenas o campesinos. Bajo esta afán, en todas las comunidades de indios, los conquistadores y posteriores colonizadores se vieron obligados a reestructura los patrones y relaciones sociales de las sociedades nativas, con el fin de integrarlas al sistema dominante de producción orientado, básicamente, a la extracción de excedentes en beneficio de sus propios intereses. La zona de Chunchi, por lo visto en su historia próximo anterior, ha experimentado un proceso de vinculación a este modelo de dominación y explotación que repercute hasta la actualidad.
Estas masas sociales campesinas en franca contraposición al sistema dominante pasaban poco a poco a fragmentarse étnicamente y posiblemente a engrosar las filas de los migrantes con oficios o negocios en las urbes. Con el propósito de alimentar los sentimientos y actitudes arribistas de algunos sectores y resquebrajar más las débiles y casi inexistentes redes de identidad étnica local, algunos individuos fueron eximidos de los tributos en base a su ascenso social a cholos o mestizos, convertidos en campesinos comunes. Esto era de esperarse ya que un mestizo era liberado tanto de las cargas de trabajo como de los pagos de tributos, pero continuaban permaneciendo dentro de las sociedades indias.










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